domingo, 23 de febrero de 2014

Luis Martin y Celia Guerin, CERCA DE LA CANONIZACIÓN!!!

Un posible milagro atribuido presuntamente a los padres de Santa Teresita del Niño Jesús, los beatos Louis Martín y Zélie Guerin, podría llevar a los esposos franceses a la canonización.
La historia de la curación milagrosa de una niña recién nacida de Valencia, España, quien nació prematura y presentó diversas complicaciones al nacer, entre ellas una hemorragia cerebral grave, hace ahora parte el documental "Milagro de fe y de vida en Valencia", que presentó recientemente el Servicio Audiovisual Diocesano del Arzobispado de Valencia, con el que la jurisdicción eclesial española busca promover el milagro que podría impulsar la canonización de los beatos padres de Santa Teresita.

Padres Santa Tersita.jpg
Tal como notició la agencia AVAN -medio de comunicación de la Archidiócesis de Valencia-, el trabajo audiovisual, de 16 minutos de duración, muestra imágenes inéditas de la ciudad de Lisieux, Francia, así como la apertura y la clausura de la fase diocesana del proceso canónico para el presunto milagro, eventos que han tenido lugar en la Archidiócesis de Valencia. 


El milagro
El documental narra cómo ocurrió el nacimiento de Carmen -la niña que se curó milagrosamente- el 15 de octubre de 2008. La pequeña, quien nació prematura presentó una hemorragia cerebral y varias complicaciones pulmonares y en el corazón. El dictamen de los médicos era "esperar lo peor".
"Fueron días de gran sufrimiento, Carmen seguía muy grave, los antibióticos no tenían ningún efecto, los médicos la atendieron con todos los medios posibles, pero pareció que no se podía hacer nada más. Todo el mundo pensaba ya cómo prepararse para el funeral", se relata en el reportaje.
Con la esperanza que su bebé se podría recuperar, el padre de la niña, con gran fe, decidió correr al Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Serra para orar, en principio, a Santa Teresita del Niño Jesús, ya que la pequeña Carmen había nacido en el día de la santa. Pocos días después la Priora del Convento, la hermana María Asunción Marco, les dijo a los padres de la niña que se encomendaran a los esposos Louis Martín y Zélie Guerin -padres de Teresita- quien estaban recién beatificados y el milagro aprobado y atribuido a su mediación había ocurrido con un niño italiano que tenía una malformación pulmonar.

Los padres de Carmen, así como los familiares y amigos de la niña, comenzaron una cadena de oración, y muy pronto la pequeña comenzó a presentar signos de recuperación. Hoy, a sus 5 años, Carmen goza de perfecta salud.
El proceso Diocesano y la Santa Sede
La historia llega a oídos del Postulador de la Causa de Canonización de los esposos Martín, y la Archidiócesis de Sevilla abre la causa diocesana para el estudio del presunto milagro.
El proceso sobre la curación "científicamente inexplicable" ya ha sido remetido a la Santa Sede, que luego de un estudio minucioso podría determinar el milagro que elevaría a los altares a los padres de Santa Teresita del Niño Jesús.

(Fuente: http://es.gaudiumpress.org )


Extracto de la Ceremonia de Beatificación de Luis Martín y Celia Guérin:



Últimas Noticias: Los Beatos Luis Martin y Celia Guerin seran canonizados en octubre de 2015 durante la clausura del Sinodo de la Familia.  Lee toda la información aquí.

lunes, 10 de febrero de 2014

SALVE MARÍA DE LOURDES!!!

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES: (11 DE FEBRERO)

El 11 de febrero de 1858, en la villa francesa de Lourdes, a orilla del río Gave, Nuestra Madre, Santa María manifestó de manera directa y cercana su profundo amor hacia nosotros, apareciéndose ante una niña de 14 años llamada Bernadette, Santa Bernardita Soubirous.

La historia de la aparición empieza cuando Bernardita, quien nació el 7 de enero de 1844, salió, junto a dos amigas, en búsqueda de leña en la Roca de Masabielle. Para ello, tenía que atravesar un pequeño río, pero como Bernardita sufría de asma, no podía meter los pies en agua fría, y las aguas de aquel riachuelo estaban muy heladas. Por eso ella se quedó a un lado del río, mientras las dos compañeras iban a buscar la leña.

Fue en ese momento, que Bernardita experimenta el encuentro con Nuestra Madre, experiencia que sellaría toda su vida, "sentí como un fuerte viento que me obligó a levantar la cabeza. Volví a mirar y vi que las ramas de espinas que rodeaban la gruta de la roca de Masabielle se estaban moviendo. En ese momento apareció en la gruta una bellísima Señora, tan hermosa, que cuando se le ha visto una vez, uno querría morirse con tal de lograr volverla a ver".

"Ella venía toda vestida de blanco, con un cinturón azul, un rosario entre sus dedos y una rosa dorada en cada pie. Me saludó inclinando la cabeza. Yo, creyendo que estaba soñando, me restregué los ojos; pero levantando la vista vi de nuevo a la hermosa Señora que me sonreía y me hacía señas de que me acercara. Pero yo no me atrevía. No es que tuviera miedo, porque cuando uno tiene miedo huye, y yo me hubiera quedado allí mirándola toda la vida. Entonces se me ocurrió rezar y saqué el rosario. Me arrodillé. Vi que la Señora se santiguaba al mismo tiempo que yo lo hacía. Mientras iba pasando las cuentas de la camándula Ella escuchaba las Avemarías sin decir nada, pero pasando también por sus manos las cuentas del rosario. Y cuando yo decía el Gloria al Padre, Ella lo decía también, inclinando un poco la cabeza. Terminando el rosario, me sonrió otra vez y retrocediendo hacia las sombras de la gruta, desapareció".

A los pocos día, la Virgen vuelve a aparecer ante Bernardita en la misma gruta. Sin embargo, al enterarse su madre se disgustó mucho creyendo que su hija estaba inventando cuentos -aunque la verdad es que Bernardita no decía mentiras-, al mismo tiempo algunos pensaban que se trataba de un alma del purgatorio, y a Bernardita le fue prohibido volver a la roca y a la gruta de Masabielle.


A pesar de la prohibición, muchos amigos de Bernardita le pedía que vuelva a la gruta; ante ello, su mamá le dijo que consultara con su padre. El señor Soubiruos, después de pensar y dudar, le permitió volver el 18 de febrero.

Esta vez, Bernardita fue acompañada por varias personas, que con rosarios y agua bendita esperaban aclarar y confirmar lo narrado. Al llegar todos los presentes comenzaron a rezar el rosario; es en ese momento que Nuestra Madre se aparece por tercera vez. Bernardita narra así esta aparición: "Cuando estábamos rezando el tercer misterio, la misma Señora vestida de blanco se hizo presente como la vez anterior. Yo exclamé: 'Ahí está'. Pero los demás no la veían. Entonces una vecina me acercó el agua bendita y yo lancé unas gotas de dicha agua hacia la visión. La Señora se sonrió e hizo la señal de la cruz. Yo le dije: 'Si vienes de parte de Dios, acércate'. Ella dio un paso hacia delante".

Luego, la Virgen le dijo a Bernadette: "Ven aquí durante quince días seguidos". La niña le prometió hacerlo y la Señora le expresó "Yo te prometo que serás muy feliz, no en este mundo, sino en el otro".

Luego de este intenso momento que cubrió a todos los presentes, la noticia de las apariciones se corrió por toda el pueblo, y muchos acudían a la gruta creyendo en el suceso, aunque otros se burlaban.

Entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858 hubo 18 apariciones. Éstas se caracterizaron por la sobriedad de las palabras de la Virgen, y por la aparición de una fuente de agua que brotó inesperadamente junto al lugar de las apariciones y que desde entonces es un lugar de referencia de innumerables milagros constatados por hombres de ciencia.

sábado, 1 de febrero de 2014

LUZ PARA ILUMINAR A LOS GENTILES Y GLORIA DE TU PUEBLO ISRAEL.


La procesión con velas nos recuerda que La Virgen da luz a Jesucristo, Luz del Mundo, quien se manifiesta a su pueblo por medio de Simeón y Ana.

No se sabe con certeza cuando se iniciaron las procesiones en relación a esta fiesta, pero en el siglo X ya se celebraban con solemnidad. Después de la procesión los cirios se llevan a las casas para encenderse cuando hubiese necesidad de oración especial.

Historia de la Fiesta
A mediados del siglo V esta fiesta se conocía como "La Candelaria" o "Fiesta de las Luces". La Virgen Maria ha dado luz a la Luz del Mundo, Jesucristo y en esta fiesta El se manifiesta a Simeón y Ana.

Hasta el siglo VI se celebraba a los cuarenta días de la Epifanía, el 15 de febrero. Ahora se celebra el 2 de febrero, por ser a los cuarenta días de la Navidad.

De origen oriental, esta fiesta no se introdujo en la liturgia del Occidente hasta el siglo VII. Al final de este siglo ya estaba extendida en toda Roma y en casi todo Occidente. En un principio, al igual que en Oriente, se celebraba la Presentación de Jesús más que la Purificación de María.

El Concilio Vaticano II restaura esta fiesta a su origen primariamente Cristológico, celebrándose como la Presentación de Jesús en el Templo.

Tiempo Ordinario. Presentación del Señor. Evangelio. Ciclo A.

SOLEMNIDAD DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR: (2 DE FEBRERO)

Lecturas de la liturgia: (Ciclo A)
 
Primera Lectura: Malaquías 3,1-4
"Entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis"

Así dice el Señor: "Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar -dice el Señor de los ejércitos-. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos."

Salmo Responsorial: 23
"El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria."

¡Portones!, alzad los dinteles, / que se alcen las antiguas compuertas: / va a entrar el Rey de la gloria. R.
-¿Quién es ese Rey de la gloria? / -El Señor, héroe valeroso; / el Señor, héroe de la guerra. R.
¡Portones!, alzad los dinteles, / que se alcen las antiguas compuertas: / va a entrar el Rey de la gloria. R.
-¿Quién es ese Rey de la gloria? / -El Señor, Dios de los ejércitos. / Él es el Rey de la gloria. R.

Segunda Lectura: Hebreos 2,14-18
"Tenía que parecerse en todo a sus hermanos"

Los hijos de una familia son todos de la misma carne y sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaba la vida entera como esclavos. Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.

Evangelio: Lucas 2,22-40
"Mis ojos han visto a tu Salvador"

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones."
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel." Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma."
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.