domingo, 7 de julio de 2024

OFICIO DE LOS SANTOS LUIS MARTIN Y CELIA GUERIN - 12 DE JULIO

12 de julio

SANTOS LUIS MARTIN Y CELIA GUÉRIN

esposos y padres de familia




Louis Martin nació en Burdeos el 22 de agosto de 1823. Maestro relojero en Alençon, encontrará allí a Azélie-Marie (Celia) Guérin, recamadora, nacida en Gandelain (St-Denis­sur-Sartbon) el 23 de diciembre de 1831. De su matrimonio, celebrado el 13 de julio de 1858, tuvieron nueve hijos (cuatro de ellos murieron de corta edad), entre los cuales la futura santa Teresa del Niño Jesús. Esposos modelos, padres devotos, trabajadores, atentos a las necesidades de los pobres y alimentando un espíritu misionero, colocaron su fuerza y su esperanza frecuentando la Eucaristía y en una profunda devoción a la Virgen María. Después de una larga enfermedad, Celia murió en Alençon el 28 de agosto de 1877. Luis, que vivía entonces de rentas, irá a Lisieux cerca de la familia de su mujer para asegurar un mejor futuro a sus cinco hijos. Este patriarca, después de haber ofrecido a Dios todos sus hijos, conoció el sufrimiento y la enfermedad. Murió en Evreux el 29 de julio de 1894. Fueron canonizados juntos el 18 de octubre de 2015.


Himno: El Nazareth francés

Hoy, Cristo del amor, alabamos al amor que canta
Surgido de los amigos, de los esposos, de los padres,
Del hogar de Luis y Celia, por amor trabajadores,
Y por tu inspiración y gracia, familia santa.
 
Esposo que reza con el silencio de un monje,
Padre de sacrificio, Abraham del Moriah,
Relojero paciente con gesto de alegría,
Luis, rey querido del jardín en deshoje.
 
Esposa feliz de corazón consagrado,
Madre de la ternura, voz de la rectitud,
Bordando corazones llenos de gratitud,
Celia, imagen de María, pecho de fe inflamado.
 
Un amor que siembra en confianza y florece en santidad,
Enamorados que cosechan frutos con sabor a eternidad,
Nazareth levantado en Francia, unión que se escribe en el cielo.
¡Santa casa de los Martin, rueguen a Dios por nosotros!

(Autor: Jh. Alarcón - 2024)

 

Salmodia: (La salmodia puede tomarse del propio de los santos o del correspondiente a la semana)

Ant. 1: El amor disculpa todo; todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. El amor nunca pasara.

Ant. 2: Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo que los amo a ustedes.

Ant. 3: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios

 

Lectura breve: (De la 1ra carta de San Pablo a los Corintios 13, 4-7)

El amor es paciente, servicial y sin envidia. No quiere aparentar ni se hace el importante. No actúa con bajeza, ni busca su propio interés. El amor no se deja llevar por la ira, sino que oliva las ofensas y perdona. Nunca se alegra de algo injusto y siempre la agrada la verdad. El amor disculpa todo; todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. El amor nunca pasara.

(O también)

Lectura breve: (Del libro de Tobías 8, 5b – 7)

Bendito seas, Dios de nuestros padres y bendito sea tu nombre por los siglos de los siglos. Que te bendigan los cielos y todas tus creaturas por los siglos de los siglos. Tú creaste a Adán y le diste a Eva como ayuda y apoyo, y de ambos procede todo el género humano. Tú dijiste: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacer a alguien como él, para que lo ayude. Ahora, Señor, si yo tomo por esposa a esta hermana mía, no es por satisfacer mis pasiones, sino por un fin honesto. Compadécete, Señor, de ella y de mí y haz que los dos juntos vivamos felices hasta la vejez.

 

Responsorio breve:

V. Es fuerte el amor como la muerte, Sus flechas como dardos de fuego, llamarada divina.
R. Es fuerte el amor como la muerte
 
V. No apagaran el amor ni lo ahogaran océanos ni ríos
R. Es fuerte el amor como la muerte.
 
V. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Es fuerte el amor como la muerte.

 

Segunda lectura: (Si se reza Oficio de Lectura o Laudes)

De la correspondencia de Santa Celia Martin

(Zélie et Louis Martin, Correspondance Familiale (1863­1885), Cerf, 2004. L 1, 72, 130, 81, 110, 147, 179, 204)

Nos debemos colocar en la disposición de aceptar generosamente la voluntad de Dios

Estoy, mi querido amigo, con una gran preocupación acerca de ti. Mi esposo me hace, todos los días, tristes profecías. Él conoce París, y me dice que vas a ser objeto de tentaciones que no vas a poder resistir, porque no tienes suficiente piedad. Me cuenta lo que él mismo ha probado, y lo que le ha faltado de valor para ganar todas esas batallas. Si supieras por las pruebas que pasó... Yo te conjuro, mi querido Isidro, hacer como él: ora, y no te dejarás arrastrar por la corriente. Si sucumbes una vez, estás perdido. Solo cuesta el primer paso en este camino del mal como del bien, después te dejarás llevar por la corriente.

Cuando cerraba los ojos de mis queridos niños y que yo he enterrado, ciertamente sentía el dolor, pero siempre era con resignación. No me arrepiento de las penas y preocupaciones que había sufrido por ellos. Muchos me decían: «Hubiera sido mucho mejor no haberlos tenido jamás». No podía soportar este modo de hablar. No podía imaginar que las penas y las preocupaciones pudieran ponerse en contrapeso con la eterna felicidad de mis hijos. Además, no se han perdido para siempre, la vida es corta y llena de miserias, los encontraremos allá arriba.

La pequeña Teresa siempre va bien, tiene una salud estupenda; es muy inteligente y tiene conversaciones muy graciosas. Ya sabe rezar a Dios. Todos los domingos va a una parte de las vísperas y si, por un contratiempo, no se la llevara, lloraría sin consuelo.

Mi hermana me ha hablado mucho de tus asuntos... Le he dicho que no se líe la cabeza por todo esto, que solo hay una cosa que hacer: orar a Dios, porque ni ella ni yo podíamos ayudarte de otra manera. Pero él, que no está avergonzado, nos sacará de allá, cuando se percate que hemos sufrido lo suficiente y, a continuación, reconocerás que no se debe a tus capacidades, ni a tu inteligencia el que hayas tenido éxito, sino solo a Dios, como yo, con mi punto de Alençon; esta convicción es muy saludable, yo lo he experimentado por mí misma. Sabes que todos estamos inclinados al orgullo y observo a menudo que los que han hecho su fortuna, son, la mayoría de las veces, de una suficiencia insoportable. No estoy diciendo que yo habría llegado allá, ni tú tampoco, pero nos habríamos visto más o menos afectados por este orgullo; entonces, es cierto que la prosperidad constante aleja de Dios. Nunca ha conducido a sus elegidos por ese camino, más bien han pasado antes por el crisol del sufrimiento, para purificarse. Me vas a decir que estoy predicando; sin embargo, no es esta mi intención; pienso muy a menudo en estas cosas y te las digo; ¡ahora llama a esto sermón si quieres!

Tengo que ir, queridas hijas, a las vísperas, para orar por nuestros queridos familiares difuntos. Llegará un día cuando seréis vosotras las que recéis por mí, pero tengo que asegurarme para no tener demasiada necesidad de vuestras oraciones. Quiero ser una santa, no será fácil, hay que trabajarlo y la madera es dura como una piedra. Hubiera sido mejor hacerlo antes, cuando era menos difícil, pero en fin “más vale tarde que nunca”.

Es hoy miércoles la Inmaculada Concepción; ¡es una gran fiesta para mí! En este día, la Santa Virgen me ha concedido gracias muy especiales... Este año iré a visitar a la Santa Virgen muy de mañana... Solo le pediré que las que ella me ha concedido sean todas santas, y que yo las siga de cerca, pero hace falta que ellas sean mucho mejor que yo.

El Dr. Notta encuentra muy lamentable que desde el principio, no hicimos la operación, pero ahora ya es demasiado tarde. Sin embargo, parece decir que puedo continuar así por mucho tiempo. Por lo tanto, pongámonos en las manos de Dios. Él sabe mejor que nosotros lo que necesitamos: Es él quien hizo la herida y la venda. Voy a ir a Lourdes, en la primera peregrinación, y espero que la Virgen me curará, si es necesario. Mientras tanto, vivamos con tranquilidad.

Voy a asistir a la primera misa aquí, antes de salir, y llegaré a las nueve a Le Mans, todavía a tiempo para asistir a la misa solemne, después de la cual iré a buscar... Al principio, tu padre no consentía que os llevase a las tres juntas, pero ahora él lo desea, diciendo que uno no puede hacer demasiados sacrificios para obtener un milagro tan grande. Y aunque no lo consiga, nunca me arrepentiré de haberos llevado allí. Tenemos que ponernos en la disposición de aceptar generosamente la voluntad de Dios, cualquiera que ella sea, ya que esto será siempre lo mejor que puede tener para nosotros.

 

Antífona Evangélica:

Ant: Feliz el marido de una buena mujer, el número de sus días se duplicará. Una mujer valiente es la alegría de su marido, reservada para el que teme al Señor.

(O también)

Ant: Dios me ha dado un padre y una madre más dignos del cielo que de la tierra.

(O también)

Ant: Gran misterio es éste, que yo relaciono con la unión de Cristo y de la Iglesia.

 

Preces: (Se toman del común de los santos varones / santas mujeres)

Se puede añadir:

-Tu que nos diste en los Santos Luis y Celia modelos magníficos del amor conyugal y de la crianza cristiana, bendice y santifica por su intercesión a las familias que te han escogido como centro y núcleo de sus hogares, que sean fecundas y fructíferas según tu gracia.

 

Oración:

Oh Dios, que has dado a los Santos Luis y María Celia la gracia de caminar en la vía de la santidad como esposos y padres cristianos; concédenos, por su intercesión y ejemplo, saber amarte y servirte fielmente respondiendo cada uno dignamente a su vocación. Por nuestro Señor. (Oración propia del Oficio de los santos del Carmelo Teresiano)

(O también)

Oh Dios, Padre bueno y corona de los santos, te pedimos que por la intercesión de los Santos Luis Martin y Celia Guerin, que con amor y fe imitaron las virtudes y ejemplos de la sagrada familia de Nazaret y con alegría presentaron ante tu altar una ofrenda de flores vírgenes para adornar y glorificar tu trono, bendigas y santifiques a las familias de nuestro tiempo, y que, siguiendo el ejemplo de estos santos esposos, cultiven para la Iglesia y el mundo cristianos dignos del cielo. Por Jesucristo nuestro señor. (Propia del editor)


Ícono de los Santos esposos Luis y Celia Martin confeccionado en el año 2024 para ser difundido en el Santuario de la Familia Martín en Alençon (Francia).



Nota del editor:

Este oficio de los Santos Luis y Celia fue editado por Jhonatan Alarcón (creador de este blog) por lo cual no tiene ningún tipo de licencia o permiso eclesiástico para ser añadido al rezo de Oficio de Lectura, Laudes o Vísperas en algún contexto de vida religiosa, así pues, se recomienda leerlo con cuidado antes de ofrecerlo ante una celebración comunitaria. De igual manera se recomienda a los fieles laicos que quieran usar este modelo de oficio para la celebración personal de los santos esposos Martin, que también sean prudentes en donde y como lo rezan, y también lo presenten a revisión de un ministro o autoridad de la Iglesia antes de ofrecerlo a la devoción pública.