domingo, 7 de julio de 2024

OFICIO DE LOS SANTOS LUIS MARTIN Y CELIA GUERIN - 12 DE JULIO

12 de julio

SANTOS LUIS MARTIN Y CELIA GUÉRIN

esposos y padres de familia




Louis Martin nació en Burdeos el 22 de agosto de 1823. Maestro relojero en Alençon, encontrará allí a Azélie-Marie (Celia) Guérin, recamadora, nacida en Gandelain (St-Denis­sur-Sartbon) el 23 de diciembre de 1831. De su matrimonio, celebrado el 13 de julio de 1858, tuvieron nueve hijos (cuatro de ellos murieron de corta edad), entre los cuales la futura santa Teresa del Niño Jesús. Esposos modelos, padres devotos, trabajadores, atentos a las necesidades de los pobres y alimentando un espíritu misionero, colocaron su fuerza y su esperanza frecuentando la Eucaristía y en una profunda devoción a la Virgen María. Después de una larga enfermedad, Celia murió en Alençon el 28 de agosto de 1877. Luis, que vivía entonces de rentas, irá a Lisieux cerca de la familia de su mujer para asegurar un mejor futuro a sus cinco hijos. Este patriarca, después de haber ofrecido a Dios todos sus hijos, conoció el sufrimiento y la enfermedad. Murió en Evreux el 29 de julio de 1894. Fueron canonizados juntos el 18 de octubre de 2015.


Himno: El Nazareth francés

Hoy, Cristo del amor, alabamos al amor que canta
Surgido de los amigos, de los esposos, de los padres,
Del hogar de Luis y Celia, por amor trabajadores,
Y por tu inspiración y gracia, familia santa.
 
Esposo que reza con el silencio de un monje,
Padre de sacrificio, Abraham del Moriah,
Relojero paciente con gesto de alegría,
Luis, rey querido del jardín en deshoje.
 
Esposa feliz de corazón consagrado,
Madre de la ternura, voz de la rectitud,
Bordando corazones llenos de gratitud,
Celia, imagen de María, pecho de fe inflamado.
 
Un amor que siembra en confianza y florece en santidad,
Enamorados que cosechan frutos con sabor a eternidad,
Nazareth levantado en Francia, unión que se escribe en el cielo.
¡Santa casa de los Martin, rueguen a Dios por nosotros!

(Autor: Jh. Alarcón - 2024)

 

Salmodia: (La salmodia puede tomarse del propio de los santos o del correspondiente a la semana)

Ant. 1: El amor disculpa todo; todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. El amor nunca pasara.

Ant. 2: Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo que los amo a ustedes.

Ant. 3: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios

 

Lectura breve: (De la 1ra carta de San Pablo a los Corintios 13, 4-7)

El amor es paciente, servicial y sin envidia. No quiere aparentar ni se hace el importante. No actúa con bajeza, ni busca su propio interés. El amor no se deja llevar por la ira, sino que oliva las ofensas y perdona. Nunca se alegra de algo injusto y siempre la agrada la verdad. El amor disculpa todo; todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. El amor nunca pasara.

(O también)

Lectura breve: (Del libro de Tobías 8, 5b – 7)

Bendito seas, Dios de nuestros padres y bendito sea tu nombre por los siglos de los siglos. Que te bendigan los cielos y todas tus creaturas por los siglos de los siglos. Tú creaste a Adán y le diste a Eva como ayuda y apoyo, y de ambos procede todo el género humano. Tú dijiste: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacer a alguien como él, para que lo ayude. Ahora, Señor, si yo tomo por esposa a esta hermana mía, no es por satisfacer mis pasiones, sino por un fin honesto. Compadécete, Señor, de ella y de mí y haz que los dos juntos vivamos felices hasta la vejez.

 

Responsorio breve:

V. Es fuerte el amor como la muerte, Sus flechas como dardos de fuego, llamarada divina.
R. Es fuerte el amor como la muerte
 
V. No apagaran el amor ni lo ahogaran océanos ni ríos
R. Es fuerte el amor como la muerte.
 
V. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Es fuerte el amor como la muerte.

 

Segunda lectura: (Si se reza Oficio de Lectura o Laudes)

De la correspondencia de Santa Celia Martin

(Zélie et Louis Martin, Correspondance Familiale (1863­1885), Cerf, 2004. L 1, 72, 130, 81, 110, 147, 179, 204)

Nos debemos colocar en la disposición de aceptar generosamente la voluntad de Dios

Estoy, mi querido amigo, con una gran preocupación acerca de ti. Mi esposo me hace, todos los días, tristes profecías. Él conoce París, y me dice que vas a ser objeto de tentaciones que no vas a poder resistir, porque no tienes suficiente piedad. Me cuenta lo que él mismo ha probado, y lo que le ha faltado de valor para ganar todas esas batallas. Si supieras por las pruebas que pasó... Yo te conjuro, mi querido Isidro, hacer como él: ora, y no te dejarás arrastrar por la corriente. Si sucumbes una vez, estás perdido. Solo cuesta el primer paso en este camino del mal como del bien, después te dejarás llevar por la corriente.

Cuando cerraba los ojos de mis queridos niños y que yo he enterrado, ciertamente sentía el dolor, pero siempre era con resignación. No me arrepiento de las penas y preocupaciones que había sufrido por ellos. Muchos me decían: «Hubiera sido mucho mejor no haberlos tenido jamás». No podía soportar este modo de hablar. No podía imaginar que las penas y las preocupaciones pudieran ponerse en contrapeso con la eterna felicidad de mis hijos. Además, no se han perdido para siempre, la vida es corta y llena de miserias, los encontraremos allá arriba.

La pequeña Teresa siempre va bien, tiene una salud estupenda; es muy inteligente y tiene conversaciones muy graciosas. Ya sabe rezar a Dios. Todos los domingos va a una parte de las vísperas y si, por un contratiempo, no se la llevara, lloraría sin consuelo.

Mi hermana me ha hablado mucho de tus asuntos... Le he dicho que no se líe la cabeza por todo esto, que solo hay una cosa que hacer: orar a Dios, porque ni ella ni yo podíamos ayudarte de otra manera. Pero él, que no está avergonzado, nos sacará de allá, cuando se percate que hemos sufrido lo suficiente y, a continuación, reconocerás que no se debe a tus capacidades, ni a tu inteligencia el que hayas tenido éxito, sino solo a Dios, como yo, con mi punto de Alençon; esta convicción es muy saludable, yo lo he experimentado por mí misma. Sabes que todos estamos inclinados al orgullo y observo a menudo que los que han hecho su fortuna, son, la mayoría de las veces, de una suficiencia insoportable. No estoy diciendo que yo habría llegado allá, ni tú tampoco, pero nos habríamos visto más o menos afectados por este orgullo; entonces, es cierto que la prosperidad constante aleja de Dios. Nunca ha conducido a sus elegidos por ese camino, más bien han pasado antes por el crisol del sufrimiento, para purificarse. Me vas a decir que estoy predicando; sin embargo, no es esta mi intención; pienso muy a menudo en estas cosas y te las digo; ¡ahora llama a esto sermón si quieres!

Tengo que ir, queridas hijas, a las vísperas, para orar por nuestros queridos familiares difuntos. Llegará un día cuando seréis vosotras las que recéis por mí, pero tengo que asegurarme para no tener demasiada necesidad de vuestras oraciones. Quiero ser una santa, no será fácil, hay que trabajarlo y la madera es dura como una piedra. Hubiera sido mejor hacerlo antes, cuando era menos difícil, pero en fin “más vale tarde que nunca”.

Es hoy miércoles la Inmaculada Concepción; ¡es una gran fiesta para mí! En este día, la Santa Virgen me ha concedido gracias muy especiales... Este año iré a visitar a la Santa Virgen muy de mañana... Solo le pediré que las que ella me ha concedido sean todas santas, y que yo las siga de cerca, pero hace falta que ellas sean mucho mejor que yo.

El Dr. Notta encuentra muy lamentable que desde el principio, no hicimos la operación, pero ahora ya es demasiado tarde. Sin embargo, parece decir que puedo continuar así por mucho tiempo. Por lo tanto, pongámonos en las manos de Dios. Él sabe mejor que nosotros lo que necesitamos: Es él quien hizo la herida y la venda. Voy a ir a Lourdes, en la primera peregrinación, y espero que la Virgen me curará, si es necesario. Mientras tanto, vivamos con tranquilidad.

Voy a asistir a la primera misa aquí, antes de salir, y llegaré a las nueve a Le Mans, todavía a tiempo para asistir a la misa solemne, después de la cual iré a buscar... Al principio, tu padre no consentía que os llevase a las tres juntas, pero ahora él lo desea, diciendo que uno no puede hacer demasiados sacrificios para obtener un milagro tan grande. Y aunque no lo consiga, nunca me arrepentiré de haberos llevado allí. Tenemos que ponernos en la disposición de aceptar generosamente la voluntad de Dios, cualquiera que ella sea, ya que esto será siempre lo mejor que puede tener para nosotros.

 

Antífona Evangélica:

Ant: Feliz el marido de una buena mujer, el número de sus días se duplicará. Una mujer valiente es la alegría de su marido, reservada para el que teme al Señor.

(O también)

Ant: Dios me ha dado un padre y una madre más dignos del cielo que de la tierra.

(O también)

Ant: Gran misterio es éste, que yo relaciono con la unión de Cristo y de la Iglesia.

 

Preces: (Se toman del común de los santos varones / santas mujeres)

Se puede añadir:

-Tu que nos diste en los Santos Luis y Celia modelos magníficos del amor conyugal y de la crianza cristiana, bendice y santifica por su intercesión a las familias que te han escogido como centro y núcleo de sus hogares, que sean fecundas y fructíferas según tu gracia.

 

Oración:

Oh Dios, que has dado a los Santos Luis y María Celia la gracia de caminar en la vía de la santidad como esposos y padres cristianos; concédenos, por su intercesión y ejemplo, saber amarte y servirte fielmente respondiendo cada uno dignamente a su vocación. Por nuestro Señor. (Oración propia del Oficio de los santos del Carmelo Teresiano)

(O también)

Oh Dios, Padre bueno y corona de los santos, te pedimos que por la intercesión de los Santos Luis Martin y Celia Guerin, que con amor y fe imitaron las virtudes y ejemplos de la sagrada familia de Nazaret y con alegría presentaron ante tu altar una ofrenda de flores vírgenes para adornar y glorificar tu trono, bendigas y santifiques a las familias de nuestro tiempo, y que, siguiendo el ejemplo de estos santos esposos, cultiven para la Iglesia y el mundo cristianos dignos del cielo. Por Jesucristo nuestro señor. (Propia del editor)


Ícono de los Santos esposos Luis y Celia Martin confeccionado en el año 2024 para ser difundido en el Santuario de la Familia Martín en Alençon (Francia).



Nota del editor:

Este oficio de los Santos Luis y Celia fue editado por Jhonatan Alarcón (creador de este blog) por lo cual no tiene ningún tipo de licencia o permiso eclesiástico para ser añadido al rezo de Oficio de Lectura, Laudes o Vísperas en algún contexto de vida religiosa, así pues, se recomienda leerlo con cuidado antes de ofrecerlo ante una celebración comunitaria. De igual manera se recomienda a los fieles laicos que quieran usar este modelo de oficio para la celebración personal de los santos esposos Martin, que también sean prudentes en donde y como lo rezan, y también lo presenten a revisión de un ministro o autoridad de la Iglesia antes de ofrecerlo a la devoción pública.


lunes, 16 de abril de 2018

LA VERDAD SOBRE EL CUERPO INCORRUPTO DE SANTA BERNADETTE SOUBIROUS.


Aprovechando la festividad liturgica de Santa Bernardette Soubirous, me gustaria explicar brevemente la verdad acerca de su cuerpo, aclamado por todos como incorrupto, que se encuentra expuesto a la veneración de los fieles en la capilla del convento de Nevers (Francia) y también despejar algunas ideas erroneas en las que se encuentra envuelto.
 

1) Su cuerpo si esta incorrupto, pero no tal y como lo vemos. Como se sabe Bernardette murió el 16 de abril de 1879, sus funerales fueron notables, e inmediatamente después fué sepúltada en la capilla del convento de Nevers en la que reposó hasta el 2 de septiembre de 1909 cuando fué exhumada por primera vez. Se encontró casi intacto aunque el hábito estaba casi deshecho y su crucifijo y rosario estaban cubiertos de óxido, todo debido a la humedad, habiendo transcurrido casi 30 años desde su fallecimiento.

2) El rostro de Bernardita no es el que vemos hoy en dia en la urna de Nevers. Como preparativo para su beatificación en 1925 se realizo una segunda exhumación y de nuevo se le encontro incorrupta, pero esta vez tenia manchas oscuras en la piel, así que se decidio colocarle una MASCARA DE CERA en el rostro y las manos, para no condenarala a pudrirse lentamente frente a los ojos de los peregrinos! Pues aunque un cuerpo se encuentre incurrupto no significa que tenga que permanecer así para siempre. Se presume que fueron los efectos climáticos lo que la deterioraron. Después de ser colocados estos recubrimientos en rostro y manos, fabricados por la empresa del Sr. Pierre Imans, se le coloco en la bella urna de cristal que hasta el dia de hoy podemos ver, y a su vez la urna fué colocada permanentemente en la capilla del convento de Nevers. Al mismo tiempo se le extrajeron dos costillas que fueron puestas en un relicario aparte y que es la unica reliquia de primer grado que se conseva en el Santuario de Lourdes. (o por lo menos la más notable).

En resumen, Santa Bernardita si esta incorrupta, pero no se encuentra "como dormida" si no que es el efecto que produce ver la mascara de cera que recubre su rostro, posiblemente sin la mascara la imagen seria mucho menos inspiradora... Pero incorrupta al final de cuentas.
La invitación es a que en cambio de estar dejandonos maravillar o conmover por si su cuerpo esta o no incorrupto es mejor pedir la interseción de la pastorcilla de los Pirineos, la que vio con sus ojos mortales a la Madre de Dios en aquella gruta de Massabielle, para que a su ejemplo busquemos unicamente la gloria de Dios y la desaparición de nuestra persona de los ojos y de las bocas de los demas. Al igual que aquella cita de san Pablo que Bernardette vivió a plenitud: "Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí" (Galatas 2:20)



miércoles, 4 de abril de 2018

Delirio de amor - Pascua con Santa Laura Montoya


¿Que es la Pascua si no los días gozosos en los que cantamos en victoria todos los cristianos? ¿Hay días más luminosos que cuando caminamos por el mundo testimoniando a Cristo resucitado, vencedor de la muerte y el pecado?  

Contemplando esta maravillosa verdad de nuestra fe nos podemos preguntar ¿Cómo vivían los santos el gozo de la Pascua del Señor? ¿No son los santos los grandes amigos de Jesús, los apóstoles que sin necesidad de ver al Señor resucitado la tarde del domingo de pascua lo predicaban con la misma intensidad y fe que aquellos que lo vieron?
Pues para iluminarnos en esta experiencia; Laura Montoya, la primera santa colombiana, abre la intimidad de su corazón, como una Magdalena de otros tiempos, para dar testimonio del encuentro con Jesús resucitado.

"Después de la Semana Santa de 1896, pasada en el campo, en completa soledad, comencé a sentir que ése, como fuego tan amargo, turbaba un poco mi razón. Me figuro así como la de los beodos a quienes el licor pone locos sin que se den cuenta. El sábado santo, después de aquellos días de recogimiento y meditación en un campo solitario y entre selvas que se llama la Amalia, salí a Fredonia y al día siguiente mi alma se desbordaba con los gozos de la resurrección, pero me había manejado bien en la comunión, pues había podido contenerme.
 
Estaba en la casa, cuando oí la música que anunciaba la procesión; me asomé a la puerta y al ver de lejos la imagen del Señor Resucitado ya no supe más de mí. ¡Ay! padre, cuánta vergüenza me da referir estas locuras, que sólo Jesús no más, debe conocer y que revelan yo no sé qué incontinencia del corazón y no sé qué más. Con el traje que tenía en la casa, sin mantilla y sin oír a los que me llamaban, salí a la carrera, me atravesé cantando recio toda la plaza en diagonal, para llegarme a la esquina por donde asomaba la procesión. Le canté esta estrofa:
 
¡Qué hermoso vuelves! ¿no ha sido un sueño
aquel horrible, sangriento leño,
aquellas horas de cruel dolor?
Yo era la causa de tu agonía,
y al contemplarla me consumía
remordimiento desgarrador.
 
Los duros hierros que te clavaron,
también el alma me atravesaban
también partían mi corazón;
también mis huesos se estremecieron
cuando los tuyos se desunieron,
con horrorosa dislocación.
 
Cuando llegué aquí me inundé en lágrimas y compadecida, una amiga, me tiró fuertemente de un brazo. Entonces advertí el corro que me hacían algunas señoras y mujercitas del campo y vi la manera como me había salido y supe que había cantado. ¡Dios mío! hubiera querido que la tierra me tragara, ¡que vergüenza y qué pecado me parecía esto!

La amiga que me contuvo me tranquilizaba dándome bromas con la cosa; pero yo no hubiera querido volver a recordar aquello, no por lo ridículo que aquello fue, sino por que se impusieran de mi interior. El amor, reverendo padre, tiene pudor y no le gusta que lo vean desnudo. ¿No es verdad? No fue ésta la única vez que fui vencida; pero las otras veces no tuve testigos o lo eran las discípulas de mucha confianza o una de mis compañeras de profesión que era como una hija. Sólo decían que cuando hablaba de Dios me enloquecía y respetaban la cosa. En estos casos es cuando una celda escondida hace falta." 
 
(Santa Laura Montoya - Autobiografia, Cap IX)

viernes, 13 de octubre de 2017

TESTIMONIOS PRESENCIALES DEL MILAGRO DEL SOL (Fátima, 13 de octubre de 1917)


-O Seculo (un periódico de Lisboa pro gubernamental y anticlerical)
Desde el camino, donde estaban estacionados los vehículos donde cientos de personas se habían quedado, ya que no querían pisar el lodo, uno podía ver la gran multitud volverse hacia el sol, que parecía sin nubes y estaba en su apogeo. Parecía una placa de pura plata y se podía mirar fijamente sin incomodar. Pudo haber sido un eclipse que sucedía en ese momento. Pero en ese mismo momento se produjo un gran grito, y uno podía escuchar a los espectadores más cercanos gritar: ¡un milagro! ¡un milagro!
Ante el asombro reflejado en los ojos de los espectadores, cuya semblanza era bíblica ya que todos tenían la cabeza descubierta, y que buscaban ansiosamente algo en el cielo, el sol temblaba, hizo ciertos movimientos repentinos fuera de las leyes cósmicas – el sol "danzaba" de acuerdo a las expresiones típicas de la gente.
Había un viejecito parado en las escaleras de un obús con su rostro girado hacia el sol que recitaba el credo en alta voz. Pregunté quien era y me dijeron que era el señor Joao da Cunha Vasconcelos. Lo vi después dirigiéndose a los que estaban a su alrededor con sus sombreros puestos y les imploró vehementemente que se descubrieran sus cabezas ante tan extraordinario milagro.
Las gentes se preguntaban los unos a los otros lo que habían visto. La gran mayoría admitió ver el sol danzando y temblando, otros afirmaban que habían visto el rostro de la Virgen Santísima. Otros juraron que vieron el sol girar como una rueda que se acercaba a la tierra como si fuera a quemarla con sus rayos. Algunos dijeron haber visto cambios de colores sucesivamente.
-O Dia (otro diario de Lisboa, edición 17 de octubre de 1917)
"A la una en punto de la tarde, mediodía solar, la lluvia cesó, el cielo de color gris nacarado iluminaba la vasta región árida con una extraña luz. El sol tenía como un velo de gasa transparente que hacía fácil el mirarlo fijamente. El tono grisáceo madre perla en que se tornó en una lámina de plata, que se rompió cuando las nubes se abrían y el sol de plata envuelto en el mismo velo de luz gris, se vio girar y moverse en el círculo de las nubes abiertas. De todas las bocas se escuchó un gemido y las personas cayeron de rodillas sobre el suelo fangoso…..
La luz se tornó en un azul precioso, como si atravesara el vitral de una catedral y esparció sus rayos sobre las personas que estaban de rodillas con los brazos extendidos. El azul desapareció lentamente y luego la luz pareció traspasar un cristal amarillo. La luz amarilla tiñó los pañuelos blancos, las faldas oscuras de las mujeres. Lo mismo sucedió en los árboles, las piedras y en la sierra. La gente lloraba y oraba con la cabeza descubierta ante la presencia del milagro que habían esperado. Los segundos parecían como horas, así de intensos eran.
-Tio Marto (padre de Jacinta y Francisco)
Podíamos mirar con facilidad el sol, que por alguna razón no nos cegaba. Parecía tililar primero en un sentido y luego en otro. Sus rayos se esparcían en muchas direcciones y pintaban todas las cosas en diferentes colores, los árboles, la gente, el aire y la tierra. Pero lo más extraordinario para mí, era que el sol no lastimaba nuestros ojos. Todo estaba tranquilo y en silencio y todos miraban hacia arriba. De pronto, pareció que el sol dejó de girar. Luego comenzó a moverse y a danzar en el cielo, hasta que parecía desprenderse de su lugar y caer sobre nosotros. Fue un momento terrible.
-María Capelinha (una de las primeras creyentes)
El sol transformó todo de diferentes colores – amarillo, azul y blanco, entonces se sacudió y tembló, parecía una rueda de fuego que caía sobre la gente. Empezaron a gritar "¡nos va a matar a todos!", otros clamaron a nuestro Señor para que los salvara, ellos recitaban el acto de contrición. Una mujer comenzó a confesar sus pecados en voz alta, diciendo que había hecho esto y aquello….
Cuando al fin el sol dejó de saltar y de moverse todos respiramos aliviados. Aún estábamos vivos, y el milagro predicho por los niños fue visto por todos.
Yo estaba mirando hacia el lugar de las apariciones, esperando serena y fríamente que algo sucediera, y con una curiosidad en descenso porque había pasado mucho tiempo sin que sucediera nada que me llamara la atención. Entonces escuché miles de voces gritar y vi que la multitud de pronto se giró hacia el lado contrario, sus espaldas en contra del sitio donde yo tenía dirigida mi atención y miré al cielo del lado opuesto.
La hora legal era cerca de las 2 de la tarde, alrededor del medio día solar. El sol unos momentos antes había aparecido entre unas nubes, las cuales lo ocultaban y brillaba clara e intensamente. Yo me volví hacia el magneto que parecía atraer todas las miradas y lo vi como un disco con un aro claramente marcado, luminoso y resplandeciente, pero que no hacía daño a los ojos. No estoy de acuerdo con la comparación que he escuchado que han hecho en Fátima y la de un pesado disco plateado. Era un color más claro, rico y resplandeciente que tenía algo del brillo de una perla. No se parecía en nada a la luna en una noche clara porque al verlo uno y sentirlo parecía un cuerpo vivo. No era una esfera como la luna ni tenía el mismo color o matiz. Parecía como una rueda de cristal hecha de la madre de todas las perlas. No se podía confundir con el sol visto a través de la neblina (porque no había neblina en ese momento), porque no era opaca, difusa ni cubierta con un velo. En Fátima daba luz y calor y aparentaba un claro cofre con un arco bien difundido.

SEXTA Y ÚLTIMA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA EN LA COVA DE IRIA - 13 DE OCTUBRE DE 1917.


Según las memorias de Lucia:
Durante la noche del 12 al 13 de octubre había llovido toda la noche, empapando el suelo y a los miles de peregrinos que viajaban a Fátima de todas partes. A pie, por carro y en carretas venían, entrando a la zona de Cova por el camino de Fátima – Leiria, que hoy en día todavía pasa frente a la gran plaza de la Basílica. De ahí bajaban hacia el lugar de las apariciones. Hoy en día, en el sitio está la capillita moderna de vidrio, encerrando la primera que se construyó y la estatua de Nuestra Señora del Rosario de Fátima donde estaba la encina.
En cuanto los niños, lograron llegar a Cova entre las adulaciones y el escepticismo que los había perseguido desde mayo. Cuando llegaron, encontraron críticos que cuestionaban su veracidad y la puntualidad de la Señora, quien había prometido llegar al medio día. Ya habían pasado las doce según la hora oficial del país. Sin embargo cuando el sol había llegado a su apogeo la Señora se apareció como había dicho.
-"¿Qué queréis de mí?"
-Quiero que se construya una capilla aquí en mi honor. Quiero que continuéis rezando el Rosario todos los días. La guerra pronto terminará, y los soldados regresarán a sus hogares.
-"Sí, Sí"
-"¿Me dirá su nombre?"
-Yo soy la Señora del Rosario
-"Tengo muchas peticiones de muchas personas. ¿Se las concederá?"
-Algunas serán concedidas, y otras las debo negar. Las personas deben rehacer sus vidas y pedir perdón por sus pecados. No deben de ofender más a nuestro Señor, ¡ya es ofendido demasiado!
-" ¿Y eso es todo lo que tiene que pedir?"
-No hay nada más.
Mientras la Señora del Rosario se eleva hacia el este, ella tornó las palmas de sus manos hacia el cielo oscuro. Aunque la lluvia había cedido, nubes oscuras continuaban oscureciendo el sol, que de repente se escapa entre ellos y se ve como un suave disco de plata.
-"¡Miren el sol!"
En este momento, dos distintas apariciones pudieron ser vistas: el fenómeno del sol presenciado por los 70,000 espectadores y aquella que fue vista solo por los niños. Lucía describe esta aparición en su diario.
Después que la Virgen desapareció en la inmensa distancia del firmamento, vimos a San José y al Niño Jesús que parecían estar bendiciendo el mundo, ya que hacían la señal de la cruz con sus manos. Un poco después cuando esta aparición terminó vi a Nuestro Señor y a Nuestra Señora, me parece que era lo Dolorosa. Nuestro Señor parecía bendecir al mundo al igual que lo había hecho San José. Esta aparición también desapareció y vi a Nuestra Señora una vez más, parecida a nuestra Señora del Carmen (Sólo Lucia vio la última aparición, como anticipando su entrada al Carmelo unos años después.
Estas serían las últimas apariciones en Fátima para Jacinta y Francisco. Sin embargo, a Lucía, nuestra Señora se la apareció una séptima vez en 1920, como lo había prometido la Señora el mes de mayo. Esta vez Lucía estaba en oración en la Cova, antes de dejar Fátima para ir a un internado de niñas. La Señora vino para alentarla a que se dedicara enteramente a Dios.
Mientras los niños veían las diversas apariciones de Jesús, María y San José, la multitud presenció un prodigio diferente, el ahora conocido como el famoso milagro del sol.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

QUINTA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA EN LA COVA DE IRIA - 13 DE SEPTIEMBRE DE 1917.

Según las memorias de Lucia:

A pesar del ridículo y las burlas causadas por la prensa secular y atea, más de 30.000 personas se reunieron en Cova para la aparición del mes de septiembre. Ahora mientras se rezaba el Rosario la multitud pudo ver a los niños ponerse de pie mirando hacia el este y ver como la admiración se apoderaba de sus rostros. Un momento mientras los niños esperaban, mirando y mirando, sus ojos en la encina, su gozo encendido como una llama. Ya habían caído de rodillas de nuevo, y personas cerca de Lucía la escucharon decir:

-"¿Qué queréis de mí?"
-Continuad rezando el Rosario, hijitos mios. Hacedlo todos los días para que cese la guerra. En octubre vendrá nuestro Señor, así como Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y Nuestra Señora del Monte Carmelo. San José se aparecerá con el Niño Jesús para bendecir al mundo.
-A Dios le agradan vuestros sacrificios, pero no quiere que os pongáis las cuerdas de noche para ir a dormir. Sólo ponéroslas durante el día.
-"Tengo las peticiones de muchas personas que piden su ayuda. ¿Curaréis vos a una niña que es sordomuda?"
-Ella mejorará en un año.
-"¿Y las conversiones que algunos han pedido? ¿Las sanaciones de los enfermos?"
-Algunas las curaré a otras no. Nuestro Señor no confía en todos ellos, pues algunos, recuperada su salud, volverían a caer en sus vicios y pecados.
-"¿Quiere que se construya una capilla pequeña aquí con el dinero que las personas han dejado aquí?"
-Sí, deseo que se construya una pequeña capilla en honor de Nuestra Señora del Rosario. Pero diles que se utilice sólo la mitad de ese dinero para esto. La otra mitad será para las dos andas que ya os comenté y vosotros sabéis.
-"Muchos creen que yo soy una impostora y un fraude, dicen que merezco ser colgada o quemada. ¿Podéis por favor hacer un milagro para que ellos crean?"
-En Octubre haré un milagro que permitirá que todos crean.
La entrevista se había terminado. La visión se elevó como antes, y Lucía, señalando a la Señora, le dijo a la multitud: " Si desean verla, ¡miren! ¡miren!".

sábado, 19 de agosto de 2017

CUARTA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA EN LA COVA DE IRIA - 19 DE AGOSTO DE 1917

Según las memorias de Lucia:

Bajo el pretexto de proveerles de su propio automóvil, para que los niños pudieran trasladarse seguramente en medio de la multitud que rodeaba sus hogares, el administrador civil o alcalde del distrito en el que estaba ubicado Fátima, llegó a Aljustrel en la mañana del 13 de agosto. En un intento por conocer "la verdad" sin éxito, el 11 de agosto, Arturo Santos, un apóstata católico había planeado una trampa que dejaría a los niños bajo su custodia para forzarlos a revelar todo. Como acto de buena fe, se ofreció para llevar a los tres niños y a sus padres a ver al párroco, quien él decía que quería verles, y así se fue a Cova. En la casa parroquial él abandonó esta artimaña así como a los padres llevándose solo a los niños hasta la sede del distrito en Vila Nova de Ourem, a unas 9 millas de distancia. Aquí el intentó comprarlos, los amenazó de muerte y encerrándolos en una celda con otros "criminales" para hacerlos retractar de su historia. Todo esto, sin ningún resultado. A pesar de sus edades, su fe en la Señora y su coraje fueron imperturbables.

Mientras tanto en Cova al mediodía del día 13, los signos externos característicos de la aparición se hicieron visibles para la multitud, la mayor multitud hasta eses momento. Después que estos signos terminaron la multitud se dispersó, sin saber nada de las trampas tendidas por el gobierno.
Sin embargo, el "juicio" de los niños continuó por dos días, preocupando de gran modo a sus familias. Finalmente, en la fiesta de la Asunción el 15 de agosto, el Administrador los condujo de nuevo a Fátima y los dejó a los pies de la rectoría. Aquí fueron vistos por la gente que salía de Misa tratando de sabera por parte del Tio Marto dónde habían estado los niños. Este fue el único esfuerzo serio por parte de la autoridades para intervenir en el tema de la Señora de Fátima.

En cuanto a los planes de la Señora, fueron retrasados un poco. El Domingo 19 Lucía, su hermano Juan y Francisco estaban pastoreando sus ovejas en un lugar llamado Valinhos. Estaba ubicado al lado de la misma colina opuesta a Aljustrel donde se les apareció el ángel dos veces, un poco más al norte. Alrededor de las 4 de la tarde, presintiendo que la Señora estaba apunto de aparecerce, Lucía trató sin éxito de convencer a su hermano Juan que fuera a buscar a Jacinta, hasta que le ofreció unos cuantos centavos por ir a buscarla. Mientras ella y Francisco esperaban vieron la luz típica. El momento en el que Jacinta llegó, se apareció la Señora.

-"¿Que queréis de mí?"

-"Que vengáis otra vez a Cova da Iria el trece del mes que viene, y continuéis rezando el Rosario todos los días. El último día yo haré un milagro para que todos crean."

"¿Qué debemos hacer con las ofrendas que deja la gente en Cova da Iria?"

-"Quiero que hagáis dos andas (para cargar estatuas) para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Quiero que tú y Jacinta llevéis una de ellas con otras dos niñas. Vosotras dos os vestiréis de blanco. Y luego quiero que Francisco, con tres niños ayudándolo, cargue la otra. Los niños también han de vestir de blanco. Lo que quede de las ofrendas ayudará para la construcción de la capilla que ha de ser construida aquí."

Lucía luego preguntó por la curación de algunos enfermos

-"Algunos los curaré durante este año."

(Y mirándolos tristemente, les dijo)

-"Rezad, rezad, rezad mucho. Haced sacrificios por los pecadores. Muchas almas se van al infierno, porque nadie está dispuesto a ayudarlas con sacrificios."

Habiendo dicho esto se retiró como lo había hecho en otras ocasiones.