miércoles, 6 de enero de 2016

LUZ PARA TODAS LAS NACIONES Y GLORIA DE TU PUEBLO ISRAEL!

 
Estrella nunca vista se aparece
a los remotos magos orientales,
y, al juzgar de los fuegos celestiales,
otra lumbre mayor los esclarece.

Nacido sacro Rey se les ofrece,
con nuevas maravillas y señales,
para que reverentes y leales
la obediencia le den como merece.


Parten llevados de la luz y el fuego,
del fuego de su amor; luz que los guía
con claridad ardiente y soberana.


Subió al trono de Dios el pío ruego,
y, llenos de firmísima alegría,
vieron la luz de Dios por nube humana.


Gloria y loores por la eternidad
tribútense a la Santa Trinidad. Amén.


(Himno propio de la Solemnidad de la Epifanía del Señor)

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