El reino de Santa María, a semejanza y en
perfecta coincidencia con el reino de Jesucristo, no es un reino
temporal y terreno, sino más bien un reino eterno y universal: -"Reino
de verdad y de vida, de santidad, de gracia, de amor y de paz" (cfr. Prefacio de la Misa de Cristo Rey).
a) Es un reino eterno porque existirá siempre y no tendrá fin (cfr. Lc.
1,33) y, es universal porque se extiende al Cielo, a la tierra y a los
abismos (cfr. Fil. 2,10-11).
b) Es un reino de verdad y de
vida. Para esto vino Jesús al mundo, para dar testimonio de la verdad
(cfr. Jn. 18,37) y para dar la vida sobrenatural a los hombres.
c) Es un reino de santidad y justicia porque María, la llena de gracia,
nos alcanza las gracias de su Hijo para que seamos santos (cfr. Jn.
1,12-14); y de justicia porque premia las buenas obras de todos (cfr.
Rom. 2,5-6).
d) Es un reino de amor porque de su eximia caridad
nos ama con corazón maternal como hijos suyos y hermanos de su Hijo
(cfr. 1 Cor. 13,8).
e) Es un reino de paz, nunca de odios y
rencores; de la paz con que se llenan los corazones que reciben las
gracias de Dios (cfr. Is. 9,6). Santa María como Reina y Madre del Rey
es coronada en sus imágenes -según costumbre de la Iglesia- para
simbolizar por este modo el dominio y poder que tiene sobre todos los
súbditos de su reino.
(Corazones.org)
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