jueves, 9 de julio de 2015

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRA (II): (San Juan Pablo II - 1986)


Oh Virgen, bella flor de nuestra tierra,
envuelta en luz del patrio pabellón,
eres tú nuestra gloria y fortaleza,
madre nuestra y de Dios.

En burda tela avivas tu figura con resplandor de lumbre celestial,
dando a tus hijos la graciosa prenda de la vida inmortal.
Orna tus sienes singular corona de gemas que ofreciera la nación,
símbolo fiel del entrañable afecto y del filial amor.

A Ti te cantan armoniosas voces y te aclaman por Reina nacional
y el pueblo entero jubiloso ofrenda el don de su piedad.

Furiosas olas a la pobre nave contra escollos pretenden azotar;
tu cetro extiende y bondadosa calma las olas de la mar.

Brote la tierra perfumadas flores que rindan culto a tu sagrado altar;
prodiga siempre a la querida patria los dones de la paz.

A Ti, Jesús, el Rey de las naciones, a quien proclama el corazón por Rey,
y al Padre y Padre y al Espíritu se rinda gloria, honor y poder.

Amén.

(San Juan Pablo II - Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquira - 1986)

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRA (I)


Oh incomparable Señora del Rosario de Chiquinquirá!
Madre de Dios, Reina de los ángeles,
abogada de los pecadores,
refugio y consuelo de los afligidos y atribulados.

Virgen Santísima, llena de poder y de bondad,
lanzad sobre nosotros una mirada favorable
para que seamos socorridos por Vos
en todas las necesidades en que nos encontramos.

Acordaos, ¡Oh clementísima Señora del Rosario!,
que nunca se oyó decir que alguien que haya recurrido a Vos,
invocado vuestro Santísimo nombre,
e implorado vuestra singular protección,
fuese por Vos abandonado.

Animados con esta confianza, a Vos recurrimos.
 
Os tomamos desde hoy y para siempre por Madre nuestra,
nuestra protectora, consuelo y guía,
esperanza y luz en la hora de la muerte.

Libradnos de todo aquello que pueda ofenderos
y a vuestro Santísimo Hijo, Jesús.

Preservadnos de todos los peligros del alma y del cuerpo;
dirigidnos en todos los negocios espirituales y temporales;
libradnos de la tentación del demonio,
para que andando por el camino de la virtud,
podamos un día veros y amaros en la eterna gloria,
por todos los siglos de los siglos.

Amén.

lunes, 6 de julio de 2015

CATORCE FLORES DE PERDÓN, La Conversión de Alejandro Serenelli, Asesino de Santa María Goretti

Cuadro que reproduce el sueño de Alejandro.
"Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen" (S. Mateo 5:44)
Después de atacar y dejar herida de muerte a santa María Goretti. (Si no conoce lo sucedido puede dar click aquí)


Alejandro fue condenado a 30 años de prisión. Al principio renegaba y no daba muchas muestras de arrepentimiento. 

Más bien lo que sentía era rabia y desilusión por haber cometido semejante error que tantas penas le costaba. Pero en 1910 tuvo un sueño.

Vio que se encontraba con María Goretti en  un bellísimo jardín, donde ella estaba cultivando hermosas rosas, y que la niña le decía que él también podría ir un día al Paraíso. Esto le transformó por completo. Se confesó. Empezó a comportarse sumamente bien en la cárcel y a ofrecer sus oficios y sus sufrimientos por sus pecados, y al fin las autoridades le rebajaron la décima parte de su condena por buena conducta y salió libre, después de 27 años de cárcel. 

En la noche de Navidad del año 1929, la señora Asunta, mamá de María, que estaba de sirvienta en una casa cural, sintió que tocaban a la puerta. Salió a abrir, y era Alejandro.

-Señora, ¿me conoce? y bajó los ojos.
-Sí, Alejandro, lo recuerdo muy bien.
-¿Me perdona? suplicó el pobre hombre, que llevaba en su rostro las huellas de 27 años sufriendo en la cárcel.
-Sí Alejandro. Dios lo ha perdonado. Mi hija también lo perdonó. ¿Cómo no lo voy a perdonar yo? 
Aquella noche la pasó en la casa del párroco. Y a la misa de medianoche, se acercaron a comulgar juntos, la madre de la santa y el asesino de la mártir. 

En adelante la señora Goretti nunca permitió que la gente tratara mal a Serenelli. Cuando las gentes se extrañaban de que lo tratara bien, ella respondía: 
Está tan arrepentido. Mi hijita María lo perdonó, ¿porqué entonces no lo voy a perdonar yo? Es cierto que ha cometido un pecado enorme, pero Dios ha sabido sacar mucho bien de tanto mal.

Alejandro terminó sus días como hortelano en un convento de los Padres Capuchinos, arrepentido y haciendo penitencia por sus pecados. 


Testamento de Alejandro Serenelli:
Alejandro Serenelli, ya anciano, reza el rosario frente a un cuadro de Santa María Goretti.
"Soy un anciano de casi ochenta años y estoy listo para partir. Echando una ojeada a mi pasado, reconozco que en mi primera juventud escogí el mal camino, el camino del mal que me llevó a la ruina. Veía a través de la prensa, los espectáculos y los malos ejemplos que la mayoría de los jóvenes siguen ese mal camino, sin reflexionar. Y yo hice lo mismo sin preocuparme por nada.

Tenía cerca de mí a personas que creían y vivían su fe, pero no me fijaba enesto, cegado por una fuerza salvaje que me arrastraba hacia el mal camino. Cuando tenía veinte años, cometí un crimen pasional, del cual hoy me horrorizo con sólo recordarlo. María Goretti, ahora una santa, fue el ángel bueno que la Providencia puso ante mis pasos.Todavía tengo impresas en mi corazón sus palabras de reproche y de perdón. Ella rezó por mí, intercedió por mí, su asesino.

Luego vinieron 30 años de cárcel. Si no hubiese sido menor de edad, habría sido condenado a cadena perpetua. Acepté la sentencia que merecía, expié con resignación mi culpa. María [Goretti] fue realmente mi luz y mi protectora; con su ayuda, me porté bien y traté de vivir honestamente cuando fui aceptado nuevamente entre los miembros de la sociedad. Los hijos de San Francisco, los capuchinos de le Marche, me recibieron en su monasterio con su angélica caridad, no como a un sirviente sino como a un hermano. Con ellos convivo desde 1936.

Ahora estoy esperando serenamente ser admitido a la visión de Dios, abrazar de nuevo a mis seres queridos, estar junto a mi ángel protector y a su querida madre, Assunta. Desearía que quienes lean estas líneas aprendan la estupenda enseñanza de evitar el mal y de seguir siempre el buen camino, desde la niñez. Piensen que la Religión, con sus mandatos, no es algo que pueda dejarse de lado, sino el verdadero consuelo, la única vía segura en todas las circunstancias, también en las más dolorosas de la vida. ¡Paz y bien!"

Alessandro Serenelli, 5 de mayo de 1961.

Estatua yacente de Santa María Goretti junto al relicario que guarda el hueso del brazo con que ella defendio su pureza de Alejandro. Santuario de Corinaldo, Ancona (Italia)

SANTA MARÍA GORETTI, Virgen Laica y Mártir de la Pureza: (6 DE JULIO)

Retrato de la santa pintado según especificaciones dadas por su madre Assunta Goretti.
Santa María Goretti nació en Corinaldo, Italia el 16 de octubre de 1890 hija de Luis Goretti y Assunta Carlini, ambos campesinos. María fue la segunda de seis hijo.

Vivió en el seno de una familia humilde y perdió a su padre a los diez años por causa del paludismo.

Como consecuencia de la muerte de su padre, la madre de María Goretti tuvo que trabajar dejando la casa y los hermanos menores a cargo de ésta quien realizaba sus obligaciones con alegría y cada semana asistía a clases de catecismo.

A los once años hizo su primera comunión haciéndose, desde entonces, el firme propósito de morir antes que cometer un pecado.

En la misma finca donde vivía María trabajaba Alejandro Serenelli, quien se enamoró de María que en ese entonces contaba con doce años.

Serenelli, a causa de lecturas impuras, se dedicó a buscar a María haciéndole propuestas que la santa rechazaba haciendo que Serenelli se sintiera despreciado.

El 5 de julio de 1902 Alejandro fue en busca de María quien estaba sola en su casa y al encontrarla la invitó a ir a una recámara de la casa a lo que María se negó por lo que aquél se vio obligado a forzarla.

María se negaba advirtiéndole a Serenelli que lo que pretendía era pecado y que no accedería a sus pretensiones por lo que éste la atacó con un cuchillo clavándoselo catorce veces.


María no murió inmediatamente, fue trasladada a la hospital de San Juan de Dios donde los médicos la operaron sin antestcia para no causarle una peritonitis y durante dos horas la santa soportó el sufrimiento ofreciéndo a Dios sus dolores.

María no se lamenta, y no deja de rezar y de ofrecer sus sufrimientos a la santísima Virgen, Madre de los Dolores. Su madre consiguió que le permitan permanecer a la cabecera de la cama. María aún tiene fuerzas para consolarla: -Mamá, querida mamá, ahora estoy bien... ¿Cómo están mis hermanos y hermanas?

En un momento, María le dice a su mamá: -Mamá, dame una gota de agua. -Mi pobre María, el médico no quiere, porque sería peor para ti. Extrañada, María sigue diciendo:

¿Cómo es posible que no pueda beber ni una gota de agua? Luego, dirige la mirada sobre Jesús crucificado, que también había dicho ¡Tengo sed!, y entendió.

El sacerdote también está a su lado, asistiéndola paternalmente. En el momento de darle la Sagrada Comunión, le preguntó: -María, ¿perdonas de todo corazón a tu asesino? Ella le respondió: -Sí, lo perdono por el amor de Jesús, y quiero que él también venga conmigo al paraíso. Quiero que esté a mi lado... Que Dios lo perdone, porque yo ya lo he perdonado.

Antes de morir, un día después del ataque, María alcanzó a recibir la comunión y la unción de los enfermos e hizo público su perdón a Serenelli.

Después de breves momentos, se le escucha decir: "Papá". Finalmente, María entra en la gloria inmensa de la Comunión con Dios Amor. Es el día 6 de julio de 1902, a las tres de la tarde.

El asesino fue condenado a 30 años de prisión donde al principio no daba muestras de arrepentimiento. Alejandro cuenta que después de un sueño donde María se le aparecio vestida de blanco y le entregaba 14 lirios (en señal de las 14 puñaladas que Alejandro le dio) y le dijo que él también podía ir al cielo, Serenelli cambió completamente volviéndose hacia Dios y ofreciendo sus trabajos y sufrimientos en reparación de sus pecados.

Después de 27 años de cárcel fue liberado y acudió a pedir perdón a la madre de la santa, quien no solo lo perdonó sino que lo defendió en público alegando que si Dios y su hija lo habían perdonado, ella no tenía porque no perdonarlo.

La fama de María Goretti se extendía cada vez más y fueron apareciendo las muestras de santidad, que fue fruto de su cercanía a Dios y su devoción a laVirgen María.

Después de numerosos estudios, el santo padre, Pio XII, beatificó a María el 27 de abril de 1947 y luego la canonizó el 24 de junio de 1950 en una ceremonia que se tuvo que realizar en la Plaza de San Pedro debido a la cantidad de asistentes que se calculaban en más de quinientas mil personas.

En la ceremonia de canonización acompañaron a Pío XII la madre, dos hermanas y un hermano de María. Durante esta ceremonia Su Santidad Pío XII exhaltó la virtud de la santa y sus estudiosos afirman que por la vida que llevó aún cuando no hubiera sido mártir habría merecido ser declarada santa.


Galeria de Imagenes:

Tumba de la Santa en su Santuario en Nettuno - Italia.
Detalle de la figura de cera que contiene sus restos.
Relicario peregrio de Santa María Goretti que ya ha estado en Canada y en los Estados Unidos.


Fotografias de su canonización en 1950.